INFORME 2
En
este momento Burton, Farid y Frank están con Scott, un Scott inconsciente tras
el golpe propinado por Burton. Deciden que Farid y Burton bajen al piso de
abajo, quedándose Frank con Scott en la biblioteca de la segunda planta a la
espera de que este despierte. Farid y Burton descienden las escaleras
interiores con cuidado, encontrándose con dos puertas. En una de ellas se oyen
voces, y en la otra no, deciden andar sobre seguro abriendo esta última en
primer lugar descubriendo una habitación vacía, sin nada de interés. No queda
más que abrir la puerta que queda, aquella tras la cual parecen que hay dos
personas manteniendo una conversación. No saben que pueden encontrarse tras
ella, así que, Farid osado decide abrirla sin miramientos descubriendo una
cortina de color rojo oscuro cubriendo toda la entrada. Las voces continúan
hablando, la cortina ha disimulado la acción de Farid y los interlocutores no
se han dado cuenta de nada, pero Farid sí que reconoce algo, distingue la voz
de Carl Stanford.
Mientras
tanto, en el piso de arriba, John Scott despierta y Frank aprovecha para
interrogarlo, pero este no se muestra cooperativo ante sus preguntas, incluso
intenta hacer uso de su conocimiento mágico ante lo cual Frank reacciona
disparándole, para intentar detener su concentración, hiriéndolo de un
balazo. El estruendo llega tanto a oídos de Farid y Burton como a los
individuos que hay tras la cortina de color rojo oscuro, puesto que estos dejan
de hablar en seco sospechando que algo pasa en el piso superior.
Farid
se dirige presto hacia la biblioteca donde habían dejado su compañero para ver
qué ha pasado, y arriba, Frank decide atrincherarse y mantenerse alerta, es
consciente de que el disparo puede haber alertado a más gente de la necesaria,
Scott malherido comienza a gritar, Frank le golpea furioso haciendo que un
trozo de cara de Scott se desprenda, pero no sangra, su interior está compuesto
de una materia negruzca. ¿Qué ser es este John Scott? Entretanto, Farid llega a
la biblioteca preocupado por el disparo y tras comprobar que su compañero está
bien y que John Scott ha despertado decide unirse al interrogatorio, pero la
insolencia de Scott continúa y Frank harto de él le lanza un hechizo haciendo
reducir su cuerpo a cenizas grisáceas.
Burton
en el piso de abajo, ante la puerta abierta y tras la cortina de color rojo
decide permanecer agazapado en una esquina preparado mientras, en el otro lado,
suenan unos pasos acercándose a él que acaban en una lluvia de balas que agujerea
la cortina dejándola casi inservible. Burton agazapado decide dar el alto y
como respuesta recibe otra ráfaga de balas que le causa heridas mortales.
El
atronador ruido de las ráfagas de una ametralladora alerta a Farid y Frank que
salen al pasillo temiendo lo peor. Una voz desconocida procedente del piso
inferior ladra: “¡Señor Scott! ¿Está usted bien? ¡Señor Scott!” mientras
asciende por la escalera. Sin pensárselo demasiado Frank y Farid reaccionan
sorprendiendo al pistolero mientras subía por las escaleras Frank acierta asestándole
un disparo que le hace rodar hacia abajo junto al cadáver de Burton quedando
malherido, cuando intenta reponerse Frank, otra vez, lo remata.
Farid
y Frank comprueban sus temibles sospechas, Burton está muerto. Lleno de rabia
Farid coge la ametralladora en una mano y la escopeta en otra y atraviesa la puerta para adentrarse en el
primer piso y hacer frente a todo lo que haya allí, pero lo único que ve es a
Carl Stanford huyendo despavorido por una puerta al fondo de la estancia. La
habitación parece un gran salón de ceremonias, además de dos grupos de filas de
asientos a ambos lados hay un altar en el centro con un tridente y tres tarimas
de madera.
En
el exterior Joanne se desespera, después de hacer sonar el claxon sus amigos
tardan en aparecer, decide volver al coche y ponerlo en marcha por si hubiese
que salir pitando.
Farid
y Frank deciden perseguir a Carl Stanford, cogerlo vivo sería muy valioso. En su
persecución por el primer piso descubren otras habitaciones que contienen
material para rituales, como túnicas, un brasero, cuencos de plata, así como
más libros que aportarán información importante sobre la Hermandad. La
persecución les conduce hacia un sótano por el que se desciende a través de una
trampilla escondida en uno de los despachos de la planta baja. Sospechando que
Stanford ha huido por ahí descienden con cuidado pues han escuchado unos ruidos
mecánicos muy sospechosos.
El
sótano, más antiguo que el edificio que hay arriba está excavado en la tierra y
compuesto por varios pilares tan antiguos como él mismo. Nada hay, sólo una
puerta al fondo, una puerta que abre a una habitación extraña cuyo suelo está
cubierto completamente de losas y las paredes decoradas con relieves de dioses
griegos. Temiendo cualquier trampa Farid se adentra en la cámara caminando con
cuidado, comprobando cada una de las
baldosas que pisa antes de dar un paso. Sigue sin haber rastro de Carl Stanford
y no existe otra salida. Después de un buen tramo recorrido, baldosa a baldosa,
Farid recuerda en ese momento el tridente que había en el altar del gran salón
del piso superior y se acerca a la figura de Poseidón para, seguidamente, tirar
del tridente.
Comienza
a oírse el sonido mecánico que escucharon anteriormente y una sección de baldosas
se eleva mostrando una entrada a un nivel inferior. El cerco a Carl Stanford se
va estrechando. Deciden entonces avisar a su compañera Joanne, que esperaba en
el exterior con el coche preparado, Frank sube y desde la puerta principal hace
señas a Joanne para que se reúna con ellos en el interior. Ante estas
indicaciones Joanne para el motor y se reúne con sus compañeros en el interior
del edificio donde le comunican la muerte de Burton y todo lo acontecido hasta
ahora mientras ella esperaba fuera.
Joanne,
Farid y Frank descienden por la escalinata que se descubrió en la habitación de
las losas y llegan a un pasillo viejo que comunica con varias salas antiguas de
aspecto cavernario. No hay rastro de Carl Stanford.
Cruzan
el pasillo buscando en cada estancia que encuentran, Joanne descubre un manojo
de llaves colgadas en una esquina, dan con una pequeña habitación que contiene
un escritorio en cuyo interior hay libro titulado True Magick, haciéndose Frank con él, y con una pequeña biblioteca
que guarda un baúl extraño al que le rodea cierta mística por lo que deciden
llevárselo consigo. Joanne aún dolida por la muerte de Burton decide prenderle
fuego a ambas habitaciones. Encuentran en una de las paredes del pasillo una
imagen de Cthulhu con una especie de aro o disco en la cabeza, mientras la
inspeccionan les hace recordar algo aunque no saben realmente qué, Joanne descarga
su ira contra ella ajándola de arriba a abajo. El pasillo termina en una gran
estancia tan arcaica como el pasillo que vienen recorriendo está repleta de
columnas y hay otras escaleras que descienden a otro nivel más abajo. Armados
de valor deciden continuar afirmando que Carl Stanford no debe de haber ido muy
lejos.
Este
segundo nivel bajo el sótano parece tener el mismo aspecto que el anterior,
además todas las paredes están compuestas de celdas y el suelo está cubierto
por numerosas tapas metálicas agujereadas por entre las que se puede escuchar
algún alarido o chillido. En uno de los extremos una entrada conduce hasta una
sala de torturas y un pequeño almacén que tiene numerosas estanterías bajo el cartel
de “Custodios”. Dichas estanterías contienen tarritos de cristal cuyo interior
guardan un polvo azul grisáceo. Farid
recoge uno de ellos antes de que Joanne, en su rutina de desahogo personal, los
destroce. Una vez examinado esta parte resuelven examinar con más detalle las
celdas que hay repartidas, descubriendo que una de ellas está ocupada por el
desaparecido agente James Clark, o lo que queda de él, pues la tortura a la que
ha estado sometido ha reducido su cordura hasta el mínimo convirtiendo a lo que
antes era un hombre en un animal salvaje.
Joanne
se propone investigar las tapas metálicas agujereadas que hay en el suelo, y un
rápido vistazo por una de sus múltiples rendijas le permite descubrir que estas
contienen seres deformes en su interior, el horror asqueroso que le infunde la
pequeña imagen que ve en ese oscuro pozo hace que su furia se incremente e
introduce su arma por uno de los orificios para acribillarlo. Lo que provoca
que las demás tapas metálicas comiencen a aullar y gritar. Como no encuentran
rastro alguno de Carl Stanford y ante la inexistencia de otra salida deducen
que ha conseguido huir por algún otro sitio y proponen salir de allí cuanto
antes.
Introducen,
previo noqueo por parte de Farid, al pobre James Clark en el baúl, para
transportarlo mejor, en cuanto cierran la tapa y lo sopesan notan alarmados como
si estuviese vacío. Al volverlo abrir el baúl, este no contiene nada, James
Clark ha desaparecido.
Sin
saber muy bien que hacer, finalmente optan por recoger el cuerpo de Burton y
huir del edificio volviendo al hotel y una vez allí avisar de todo lo
descubierto a la Sociedad Theron Marks, que les ordena que regresen a la base
inmediatamente.
Ya
en Nueva York, Frank decide investigar el tomo encontrado provocándole un
terror interior que hace que afecte a su cordura, comienza a balbucear palabras
incoherentes e ininteligibles mientras camina con nerviosismo por todas las
habitaciones de la sede de la Sociedad Theron Marks, ante tal ataque de
histeria los compañeros le obligan a dejar de leer y descansar, más tarde
recibirá la ayuda de un psicólogo. Por su parte Joanne se siente intrigada por
los posibles efectos del insólito baúl encontrado en los sótanos de la Logia,
así que se propone probarlo en sus propias carnes. Se introduce en su interior
con varios objetos y cierra la tapa. Cuando sus compañeros la vuelven a abrir
comprueban que el baúl está completamente vacío. No hay rastro de Joanne ni de
los objetos con los que se introdujo.
Ella
agazapada en la oscuridad del interior del baúl no siente nada especial, espera
durante unos segundos y se incorpora abriendo el baúl desde el interior. Lo
primero que observa es que ya no se encuentra en la Sociedad Theron Marks, se
pone de pie y sale de un baúl idéntico al que entró pero en otro lugar, mira a
su alrededor, parece ser un almacén o trastero donde se acumulan cosas, lo
segundo que percibe es el grito ahogado de James Clark procedente de una
habitación contigua, por lo que se dirige hacia allí con rapidez encontrándose
con dos individuos árabes que amenazan con armas al pobre loco de Clark. Estos
al percatarse de la presencia de Joanne le ordenan a punta de pistola que se
reúna con su compañero. Extrañados y un poco asustado uno de los dos árabes se
ausenta, yendo con urgencia hacia otro
lugar. Joanne debe actuar con rapidez, echa un vistazo a su alrededor y parece
ser el interior de una casa, hay ventanas, pero no logra ver nada del exterior
con claridad, desconoce en qué parte del mundo se halla, pero ahora se
encuentra con un árabe apuntándole directamente con un arma. Clark cuya cordura
ha descendido a mínimos se comporta como un animalillo salvaje, no para de
moverse y chillar, poniendo nervioso al árabe armado, Joanne decide aprovechar
uno de estos momentos para realizar un rápido movimiento y abalanzarse sobre el
raptor y desarmarlo, una vez indefenso le dispara dejando al enemigo fuera de
combate, acto seguido agarra a Clark y se introducen ambos en el baúl cerrando su
tapa para después abrirla apareciendo de nuevo en la sede de la Sociedad Theron
Marks para alegría de sus compañeros.
Ahora Farid, Frank y Joanne deciden descansar
y recuperarse en la base y continuar el día siguiente con el informe de la
investigación. Mientras, la Sociedad hace lo propio para ayudar el funeral de
Burton Thompson.
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